La unidad y la colaboración de todos, fieles y presbíteros, es una meta principal de nuestra tarea pastoral, y será, al mismo tiempo, un instrumento decisivo para que podamos llevarla a cabo. Esta unidad se corresponde con la naturaleza íntima de nuestro ser comunidad, parroquia e Iglesia, está en el corazón de la misión del presbítero, y hará posible la tarea de la evangelización.
Sólo por amor a la propia vocación, al Señor que nos ha llamado, y sólo por un sentido de entrega y de amor al pueblo que nos ha sido confiado, al Pueblo de Dios aquí en las parroquias de nuestra Diócesis y de nuestra Galicia, será posible llevar a cabo bien esta tarea importantísima.
- Ya no podemos cumplir el servicio a las comunidades como antes.
- No podemos asumir la costumbre como criterio.
- No sólo se trata de fijar horarios de Misas, sino de un horizonte pastoral con futuro.
- No basta con ir a Misa cuando viene el sacerdote.
- Por este camino, nuestra pastoral iría en sentido contrario a la educación en la Fe.
- El encuentro con Dios nos viene dado en los sacramentos, en primer lugar, la Eucaristía
- Se pierde la perspectiva de necesitar al sacerdote.
- La Iglesia tiene una forma de ser eucarística y apostólica.
- Es necesario vivir la naturaleza comunitaria del cristianismo.
- Para ser cristiano, aislarse no es una opción, es imprescindible la comunidad.